Bienvenido Señor Verano

Bienvenido señor verano!

Usted es el único que puede calmar el dolor de la muerte de la primavera.
Como el resto de sus estaciones hermanas, tendrá una existencia de unos noventa días, tiempo más que suficiente para hacerme sentir vivo.
Aunque me traiga más regalos, sólo por eso le estaré siempre agradecido.
Porque huele a vacaciones, a descanso y relajación.
Porque refresca la memoria de veranos pasados que ya no volverán.
Porque me recuerda que, mientras usted está conmigo, su hermano invierno acompaña a mis hermanos del sur. Y eso es bueno, es la reafirmación de una verdad: el Yin no puede existir sin el Yan.


Welcome míster summer!
Usted sí que sabe cómo hacer una entrada triunfal, en una noche de San Juan, de fuego, magia y fantasía. La más corta del año, para dar paso al día más largo, con los buenos deseos que reviven esperanzas, con las ilusiones que nos habitan desde siempre.
Cómo no sentirlo así, si me trae planes y proyectos nuevos.
Cómo no recibirlo así, con un Martinángel en casa.

Es usted principio y fin, el punto exacto para iniciar una nueva vida, incorporando lo mejor de lo vivido, olvidando, perdonando.
Si supiera las ganas que tenía que llegara. Juntos nuevamente nos sorprenderá un brillante amanecer. Juntos miraremos cómo pasa la vida en un largo atardecer en la playa.
Bienvenido señor verano, le invito un mate de cercanía, que reconforta y mantiene calentito el corazón.
Le abro mis brazos de la misma manera que tantas veces el sol me abre los suyos desde el 51.
Le abro mi casa, con la misma hospitalidad de mis paisanos del sur. Se que su visita tiene fecha de caducidad, pero ambos sabemos que noventa días puede ser una eternidad. Una noche, aunque sea la más corta del año, da para mucho.


Bienvenu monsieur été!
En los veranos de infancia en el norte argentino, solía dormirme contando las estrellas. Después de este largo camino recorrido, quiero volver a dormirme con ellas, como peregrino del tiempo, desatar los recuerdos y dejar que galopen libres al viento.

el brillo de los cielos, como el de las estrellas, está a igual distancia de cualquier lugar,
 la naturaleza de las cosas es la misma, desde la montaña hasta el fondo del mar…

Querido verano, para despedirme, una confesión. Durante el resto del año, poco y nada te extraño, y no por ser infiel. Mi familia de allá, mis amigos de acá, me dan toda la energía que necesito para esperar tu regreso. Mi familia de acá, mis amigos de allá, dan calor y sabor a mi alma.
Por ellos,  no desespero en la espera, y disfruto su visita. Usted como yo somos parte de la naturaleza, sin derecho a cuestionarla.
Por ellos,  disfruto este reencuentro como la primera vez, como si nunca se hubiera ido de mi lado.
Por ellos,  le prometo aprovechar y gozar cada segundo de cada minuto. Porque son ellos, familia y amigos, los destinatarios de la energía y vitalidad que de usted recibo.
Porque son ellos los que me desvelan el misterio de la creación, los que dan sentido a mi existencia.
Por eso nomás le digo gracias y bienvenido señor verano.
Póngase cómodo, ésta es su casa.

Afectuosamente, un admirador

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