La sonrisa perdida

Quién eres? -preguntó Dios
Soy el hombre.
Y hacia dónde vas?.
No lo sé, me he perdido…

En mi vida nunca he tenido problemas para el descanso, pero debo reconocer que desde un tiempo a esta parte me está costando conciliar el sueño. Quizá sea normal camino de los sesenta, no obstante creo que los acontecimientos de los últimos días tienen también algo que ver con eso, y con mi sonrisa perdida.

Hace días que con la tragedia haitiana el cielo se tiñó de gris, y brotaron en verso mis “Lágrimas por Haití”.
Ha sido esta una semana extrañamente dolorosa. Las nubes comenzaron a oscurecerlo todo con el fallecimiento de la madre de mi amigo Juan Carlos de Bariloche. Al otro día, mi dentista me “sugirió” no sonreír mucho por culpa de la extracción de una muela, dejando a mi guitarra en soledad y dolida por la falta de su voz compañera.
Al día siguiente el susto me lo dio la inusual caída de una maceta de los vecinos del 3º en el patio de casa, por suerte sin consecuencias.

Llega el fin de semana, y Febrero se despide con inundaciones en toda la península ibérica, con la alerta por una“ciclogénesis explosiva”, fenómeno atmosférico que solo de nombrarlo mete el miedo en el cuerpo. Los medios informativos anunciaban la “tormenta perfecta” con vientos huracanados de más de 170 km/h, pero por suerte el Xyntia (al menos su denominación evocaba a un bonito nombre femenino), no fue tan malo como lo pintaban y sin causar demasiados destrozos pasó por Galicia rumbo al País Vasco, Francia y centro de Europa, donde si descargó toda su furia.

El golpe definitivo de una semana para olvidar lo puso sin duda el terremoto de Chile, con un balance trágico sin precedentes, que conmocionó a familiares y amigos desperdigados por todos los rincones de la Patagonia argentino-chilena.

28 de Febrero, Día Mundial de las Enfermedades Raras.
Quién existió primero, la gallina o el huevo?. El hombre está enfermo y contagia a la sociedad o es ésta la enferma y va contagiando a todos los miembros que la componen?. Estoy vacunado ante los virus tan dañinos y destructores?
Enfermedad rara la que afecta al ser humano, con síntomas de intolerancia, egoismo, vanidad. O son las mismas enfermedades que padece desde siempre y que hasta ahora no ha podido superar?
Alerta de tsunamis en el Pacífico, movimientos sísmico en Japón.
La tierra tiembla por todos los rincones ¿temblarán también nuestras conciencias? Una vez derrumbadas, seremos capaces de reconstruirlas con técnicas antisísmicas y pilares más seguros?

“Recuerda que eres un animal,
pero no olvides que también eres humano”.

Serán los efectos de secretas maniobras macabras o son puros fenómenos naturales. Se trata de una poderosa transformación orgánica de nuestro planeta, o estaremos siendo víctimas sin voz ni voto de ocultas tramas de Apocalipsis artificiales para beneficio de quién sabe quiénes.
Me quedo con una verdad irrefutable: algo extraño le está sucediendo a nuestra “aldea global” y a la casa que la alberga.

Después de comprobar que mis seres queridos están bien, de que mis amigos no me olvidan, como los que me escribieron esta semana después de 40 años de silencio. Después de mis Lágrimas por Haití, de mis plegarias por los hermanos chilenos, comienzo urgentemente la reconstrucción de mi dañada arquitectura afectiva.
Hecho mano de mis energías más profundas y comienzo la acción, porque perder la sonrisa es empezar a morir.

Para la reanimación cuento con los incondicionales de siempre, familia y amigos, mis pequeños discípulos de pintura y guitarra, los bonsáis que esperan pacientemente mis cuidados de temporada, y por encima de todo el histórico acontecimiento que centrará mi atención durante el 2010, el 80º cumpleaños de mi madre.

En estos días en los que todo parece histórico me sumo a la celebración de la ciudad que me acoge desde hace veinte años. El 1º de Marzo de 1810, la Suprema Regencia del Reino de España elevó la Fiel Villa de Vigo a la categoría de “Leal y Valerosa Ciudad de Vigo”.

…no permitas que naufrague en el mar de las rutinas, la esencia de tu humanidad, mientras escribía esta frase en mi libro de los pensamientos sueltos, la madrugada me sorprendió buscando la sonrisa perdida.