HABEMUS MATE


El mate, infusión argentina por excelencia



Si llevas toda una vida consumiendo Yerba Mate.
Si en tu maleta de emigrante, el mate ocupa un lugar preferente.
Si eres creador y organizador de eventos como la Mateada Cultural.
Si tienes un programa de radio titulado “Mateando con Jaime”, donde la charla discurre matenmano.Entonces hoy, 3 de Agosto de 2013, eres hombre feliz.




En medio del desasosiego que por momentos produce la realidad sociopolítica y económica, acá, allá y más allá, la noticia de declarar al Mate “infusión nacional”, es un beso en el alma.




Los enamorados del mate, apasionados por la defensa de nuestras costumbres, no necesitábamos leyes que justifiquen nuestros sentimientos, no obstante nos congratulamos de que el gobierno nacional se haya contagiado del espíritu del mate, de las virtudes y significados que tiene para el pueblo.
El mismo pueblo que llena estadios, esos que hacen país dentro y fuera de sus fronteras, esos que dan votos. Los indignados y tolerantes, los de abajo tantas veces olvidados. Todos ellos, se merecen un trato diferente. Desde el respeto y la dignidad. Sin que se les regale nada, pero tampoco que le nieguen lo que merecen.

La promulgación de esta Ley (26871), largamente esperada, dará un impulso a la industria yerbatera, alentará el desarrollo en las regiones productoras, la exportación, etc.. Pero sobre todo ayudará a reforzar el sentimiento de pertenencia a la tierra, fortalecerá los lazos con nuestras tradiciones y costumbres ancestrales. En suma, contribuirá a definir y potenciar nuestra “identidad cultural”, como argentinos y sudamericanos. Para llevar con orgullo esa distinción por el mundo.




Martín Fierro, el Papa y yo
El primero, gaucho épico y legendario de las pampas. El segundo, pastor de hombres, va también camino de convertirse en leyenda, más allá de límites territoriales y terrenales. Ambos materos de Ley.
En medio, nosotros, los humildes, los mortales, los que pagamos hipotecas y vivimos al día.
Todos somos iguales en una cosa, ante los ojos de Dios, y en la búsqueda de la verdad y la justicia. Martín Fierro, el Papa y yo.
En algo nos parecemos. Por el mate, hoy, más que nunca.

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