Visita de CARLOS TUÑÓN


Año el 2014 de visitas, reencuentros y alegrías
Mariano Sobrino y Florentina Álvarez desde Bariloche, Héctor Cristiani desde Viedma, Hugo Lamas desde Austria, son algunos de los amigos que este año nos honraron con su visita, trayendo a casa el recuerdo de vidas anteriores, de inolvidables momentos compartidos en diferentes lugares y etapas de nuestro camino.
Uno de los más emotivos fue el de mí querido amigo Carlos Alberto Tuñón y su hijo Esteban de Río Gallegos, provincia argentina de Santa Cruz, dedicándonos una semana de su tour europeo.







Nada mejor que las arenas de las Rías Baixas para reponer energías de un agotador periplo por las principales capitales del viejo continente. Entre la playa de Samil y los gastronómicos agasajos, encontraron un merecido descanso antes de enfrentarse a los cuarenta grados de Sevilla para ver a la Selección Argentina en el Mundial de Básquet. Hecho que podría parecer una locura si no fuera porque quienes conocemos a Carlos sabemos que es capaz de eso y mucho más. Otro botón de muestra, por amor a su club del alma, se fue un día hasta Japón para ver al Boca Juniors disputar la Final de la Copa Intercontinental de Fútbol. 

Con organización todo es posible, y hasta nos dio tiempo a acercarnos a la bella Asturias, a Mieres y Bueño, pueblo donde nació su padre. Corta y emocionante visita que obliga a tensar las cuerdas de las emociones y los sentimientos, como lo vivimos con Inés en Sobrado dos Monxes, Galicia, en Geras de Gordón, León o en Mataró, Cataluña.





Querido Carlos, no preguntes cuándo podremos volver a vernos… no preguntes. Disfruta las respuestas que ya tienes: este viaje, estos amigos, los antiguos porque no pierden su valor, los nuevos porque lo serán para siempre. Los de allá porque gozan contigo a la distancia y sienten como propias nuestras penas y alegrías.
Ahora te toca a ti ser Faro de Amistad, y llevar su luz a todos los rincones que visite tu humanidad, para continuar escanciando la sidra de tus ancestros asturianos por donde quiera que vayas. Porque tu huella sigue creciendo, dejando rastro. Lo volvimos a comprobar en la Xuntanza de Amigos Viajeros de nuestro Centro de Arte. Con el testimonio, poético - musical de Isabel y Pascual, Pepe y Titi, Esther López, Janny y Simón, Carlos Llorens, Carlos y Pepita, Valeria y el Príncipe Martín, que también celebró cantando su último día de Guardería.



Playa y sol, vino y alegría. Momentos de felicidad donde volvimos a sentirnos niños, de paz espiritual donde volvemos a sentir que estamos vivos. De esa manera los reencuentros tienen otro sabor, mitigan el dolor de las despedidas, porque:

“…la vida sigue su curso con su ritmo natural, 
la despedida en el tiempo no es un punto y final.                                        
No te lamentes vida por lo que ya pasó,                                                     
si tranquila queda el alma, feliz porque sucedió.                                        
Ya se fue la luz del día, la playa sola quedó,                                               
se acabó el verano, pero mis sueños no…”
                                                                                                            No preguntes cuándo volveremos a vernos… no preguntes. Está muy bien Paris y su encanto, Roma y su historia, Venecia y su carnaval, Florencia y su arte, Madrid y su Bernabeu, Sevilla y su Mundial de Básquet, Vigo y la casa de Jaiminés, pero faltaba Asturias, tierra de tus antepasados que un día tenías que pisar. Y allí fuimos, a seguir fabricando recuerdos en un viaje hermoso e inolvidable, a dejar que la vida nos siga sorprendiendo y alegrando el corazón.

En una calurosa tarde de Agosto en la que llenaste tu mochila de historia y anécdotas imborrables, más valiosas que los tesoros del Vaticano.
Querer beberse Europa en quince días es una tarea de locos, tan imposible como viajar sin emocionarse con cada imagen, con la hospitalidad de una gente con el arte de hacer sentir al visitante como en su propia casa.  Eso es Asturias y Galicia, pueblos hermanos de donde un día salieron nuestros padres y abuelos en busca de una vida mejor, aunque eso les llevara hasta el mismísimo confín de América.

Para rematar un viaje fantástico y como manda la tradición, el paso por Compostela. Visita a la Catedral de Santiago, como millones de peregrinos del mundo entero que desde la Edad Media se acercan al “Finisterre” a honrar al Apóstol, redimir pecados y ganarse el cielo. Una oración al Santo en memoria de nuestros antepasados y dar gracias a Dios por el regalo de una experiencia que quedará para siempre grabada en la retina y en el alma. Con el valor añadido de hacerlo en compañía de tu hijo Esteban y el cariño de los amigos. Qué más se puede pedir!... Sí, le pedimos más. A la vida le seguiremos pidiendo más hasta el último día. Por ejemplo, que esta bonita historia se repita.
Para vos querido amigo de corazón generoso, con sentido del humor e infinita bondad. Te deseo un feliz regreso a Río Gallegos junto a tus seres más queridos, y sobre todo a quien desde hace unos meses te ha robado el corazón, tu nieto Vicentito.

Para vos querido hermano, que feliz me hiciste un día,                             que vas hilvanando inviernos  con pespuntes de madrugada, 
con hilos de nostalgia y mates de cercanía.
Mis palabras, que acompañan en silencio tu soledad, 
con notas que salen del nido de mi guitarra  
como palomas mensajeras que llevan a tus oídos                                         la memoria de un mundo compartido.
Mi gratitud y cariño, para vos querido amigo                                                 esta postal de regalo y mi abrazo desde Vigo.





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