LA FELICIDAD, hay que trabajarla
La felicidad está en nuestro ADN pero como el
deporte, hay que trabajarla empezando desde abajo.
No confundirla con el fin, porque está
en cada paso del camino. No la encontramos en el examen final, sino en lo
aprendido para aprobarlo. La explosión de colores es solo una parte de la
primavera, pero la germinación es un proceso que comienza en invierno.
Un día aprendí a mirar menos hacia
afuera y más en mi interior, porque la hierba siempre parece más verde en el
jardín del vecino.
ELEMENTO CLAVE…EL AMOR
Voy encontrando la felicidad en el contacto con mis amigos, los de hoy y
los siempre, que me reportan un elevado grado de satisfacción y alegría. La
mejor compañía para mis horas de
soledansiedad.
En un recital de música y poesía, a sala llena y
público entregado, con flores de Amancay traídas expresamente desde la otra
orilla del Atlántico, que ayudan a crear puentes afectivos y culturales.
En los cumpleaños y aniversarios, que me hacen tomar conciencia del paso del tiempo,
y otorgan a un plus de regocijo por el recuerdo de los buenos momentos
compartidos.
En los trabajos de mis alumnos, pero sobre todo
por acompañarles en el mágico proceso de
creatividad y crecimiento.
Por compartir mates de cercanía en Radiovoz con
Esther y su audiencia, con visitas de lujo como Isabel, Juan Carlos, Javier,
Daniel o Mingos , y dejarme sorprender por Alicia en su país multicolor.
Por la fiesta de la democracia en los países de
mi vida, donde se practica la no violencia,
se cultiva el arte del encuentro y la
amistad. Porque tanto Argentina como España son pueblos de inmensas maravillas
que nos llevará más de una vida conocer y disfrutar.
¿Qué haces tú para ser feliz?. La felicidad no son rosquillas que alguien traerá a la puerta de tu casa; que pueden estar muy
ricas y sabrosas, pero duran lo que duran, menos que agua entre los dedos.
La felicidad es una sensación que lo inunda todo, de
principio a fin. Desde el primer pensamiento del día yo elijo ser feliz, un slogan
que me acompaña las 24 horas y todas las semillas de felicidad que coseche me servirá para sembrar el jardín al día
siguiente.
Con el amor por bandera, vamos haciendo camino, abrazando
la vida en cada amanecer.
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