Con-su-mismo
* Rebajas
de Enero *
·
A
“Consumismo” lo vieron en el Híper, con-su-misma locura de siempre. De Rebajas
con-su-misma fiebre por adquirir cosas que no necesita, que quizá no use nunca.
De saldo su
voluntad, incapaz de contenerse a cualquier oferta. Junto a su hermana
cobardía, cae en todas las tentaciones. Por su
tendencia al consumo excesivo e innecesario de bienes y productos, no sé si
declararlo culpable o
inocente, responsable o víctima de una manipulación inevitable, de una fuerza
misteriosa, poderosa.
Así va por
la vida, sin saldo y en eterno “boxing day”, atravesando un calvario de
escaparates y su cruz a cuestas, porque "no puedo llevármelo todo a casa!!".
Pero
mañana volverá…por la agresiva publicidad, por las ofertas, rebajas y descuentos,
por el márketig irresistible, mientras el maniquí seguirá allí, esperándolo
para hacerle agua la boca, para llamarlo desde adentro, desde las entrañas, con
su misma persistencia el uno…con su misma debilidad el otro.
·
Crear necesidad… la clave. Las
religiones inventaron sus dioses y crearon la necesidad de la dependencia
divina. Las dictaduras capitalistas crearon el mercado, producen productos y
con ellos la dependencia del consumo. Así las cosas, todos vemos los beneficios
a corto plazo y no los inconvenientes a medio, los peligros a largo plazo.
Vivimos en la era del “hiperconsumidor emocional”, y funciona, como funcionó durante
siglos la idea de la existencia de un paraíso, un infierno, un pecado original,
etc.. Hoy vamos por la vida con el miedo que nos han metido en el cuerpo.
Miedo, mucho miedo.
En la era de las mutaciones, los altares de las
iglesias han sido sustituidos por las góndolas y escaparates de los grandes almacenes, los santos por las
celebritys, mientras que la estupidez sigue intacta.
Me declaro “compradora compulsiva” me confesó una
amiga, y como a cualquier enfermo le costaba reconocer su adicción. Hombre, lo
bueno sería no subirse a ese carro, pero una vez arriba, hay que trabajar duro
para encontrar la solución, la cura, como a cualquier enfermedad adictiva.
Caminos hay, pero la estación de partida es la misma, el interior de
cada uno. Quizá leyendo otros artículos de este blog puedas encontrar alguna
pista, ya que es una inquietud que me ronda desde hace mucho tiempo.
Consumir con sentido,
con todos los sentidos, sobre
todo el sentido común.
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