LUNA LLANISCA


Cada vez que la visitas,  Llanes se te mete un poco más dentro del corazón. El paisaje, el ambiente callejero, el clima del verano y esa sidra espirituosa que convierte a Asturias en el rincón del mundo donde uno se puede morir tranquilo y sin sentimiento de culpa.
Pero aún hay más, mucho más, porque los lugares no serían nada sin la gente que lo habitan, como en este caso. Dos personas son las responsables de que pudiéramos vivir una experiencia inolvidable, María del Carmen Gago, nativa y anfitriona de lujo, e Higinio del Río Pérez Director de Cultura. Dos personas de amplia y rica formación cultural, escritores, conocedores y conocidos de todo el mundo, con la habilidad de hacernos sentir al visitante como en su propia casa. No en vano  ella lleva veraneando allí desde antes de nacer y él, 25 años organizando uno de los veranos culturales más extensos y prestigiosos de la región.
Pues bien, gracias a estos entrañables amigos se presentó Amancay, grupo poético musical que comienza a ser reconocido y valorado también fuera de Galicia. Fruto natural de las cosas bien hechas, con gusto y corazón.


El viaje. No menos importante que el acto programado fue el viaje en coche por carretera, por los bellos paisajes que atravesamos tanto en territorio gallego como asturiano, así como de su duración bien aprovechada con Carmen y Lorenzo para ponernos al día de mil cosas del día a día.

El acto. En la Casa Municipal de Cultura, llena de exposiciones de pintura y demás actividades. Una de las muestras de pintura era de la artista uruguaya María Esther Sacco y esa misma tarde actuaba una compañía argentina de teatro. Contamos como siempre con el auspicio oficial del Ayuntamiento,  traducido en folletos, carteles, anuncio en las redes sociales, promoción en los medios de prensa locales y regionales, etc.  Todo un ejemplo de saber hacer, que agradecemos de corazón.


Cosechando amigos. No podía faltar la muestra de lo que son las reuniones de amigos en cualquier día de todos los veranos en Llanes, multiculturales, interesantes, enriquecedores. Después del acto y la cena con la que nos agasajaron las autoridades municipales, acabamos el día en una velada privada entrañable en casa de Toñi y Elena de Madrid, con las mejicanas  Rocío y Guadalupe oriundas de Veracruz. Entre anécdotas y risas, brindamos por la amistad con sabor a Amancay y el recuerdo de la familia y amigos al otro lado del Atlántico.




Lo que nos perdimos. Para otra ocasión quedan  las fiestas de la Espicha, de la Magdalena, la visita al Museo de Indianos en Colombres, el regreso por los caminos del interior, etc.. Porque siempre es bueno dejar cosas pendientes que te obliguen a volver. Porque una vida no alcanza para conocer Asturias en toda su magnitud. Así que vamos “deapocamente”.
No obstante, por habernos alojado a pie de playa y en pleno centro, no pudimos resistir la tentación, aunque sea por unos minutos, de volver a extasiarnos con los Cubos de la Memoria y las vistas del Cantábrico desde el Paseo de San Pedro.
La sidra hizo su trabajo en el alma, la luna en el cielo llanisco, y nosotros despidiéndonos con la promesa de volver. Dentro y fuera de los protocolos, pero con la misma actitud. Arriba y abajo de los escenarios, pero con la misma transparencia y humildad que nos ha traído hasta aquí, y nos hace ser recibidos como en Llanes, Pontevedra, Vigo y donde quiera Dios llevarnos la próxima vez.



     
Por un camino de ilusiones, me dejé llevar confiado de tu mano,
nuestras almas cantaron a dúo, la canción más hermosa del verano.
Asomado al color de tu memoria, un cielo estrellado me prestó su luna
para volver a tu infancia añorada, con juegos de niña, con cantos de cuna.
Aún laten los recuerdos en la villa, 
por las callejuelas de tu juventud
con el regreso de los que se fueron, 
bañados de nostalgia y gratitud.

Divisé tus playas desde las alturas, a vuelo de gaviota de los acantilados,
y en la senda de tu paseo costero, quedó mi corazón enamorado.
Sentado en la escollera de tu alma, un suave atardecer acompañó mi sueño
como un duende de dulce misterio, al sol de oriente lo hice mi dueño.

Luna llanisca, imágenes de épocas perdidas
de leyendas que corren por tus venas
del mar a la montaña peregrina, 
protegida por María Magdalena.
Queda en mi piel grabado un tesoro, andenes de otoño de un viaje compartido
con la frescura de tus amaneceres, y el orballo de un tiempo que se ha ido.
En el lagar familiar que perdura, y que mantiene antiguas tradiciones
sigue latiendo lentamente la vida , y enciende una sidra, todas las pasiones.

Luna llanisca que quiero tanto, 
te cambio mi canto por un beso
con mi guitarra te dejo mi voz, 
y esta dulce canción del regreso.










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