ABRIR LOS OJOS


Suelo escuchar ”...tus escritos tienen efecto placebo, son hermosos, inspiradores, evocadores…” entro otros halagos que no estoy seguro de merecer. En cualquier caso…no seré yo quien les prive de tamaña sensación. Se trata de humildes reflexiones, sin grandes pretensiones, sinceras, espontáneas, fruto de lo que pienso y siento en esta etapa de mi vida, y me alegra el alma saber que mis amigos las disfrutan y las comparten. Para muestra, otro botón…



·         AbRiR los OjOs
Una cosa es-mirar, y otra cosa es-conderse.                                                                     
    Por si algún despitao queda, le recuerdo que este mundo no está hecho para cobardes. Hubo y las habrá, cosas que no queremos mirar, que asustan, pero tarde o temprano tendremos que abrir los ojos y enfrentarnos a la realidad. Si no nos anticipamos, ella lo hace de la manera más cruel y dolorosa.

    Políticos corruptos tratan de escabullirse entre las grietas del sistema, hasta el día que la Justicia abre los ojos y le pone sus garras encima. Gobernantes y empresarios insensibles con el Medio Ambiente destruyen y contaminan, hasta que un Tsunami les obliga a abrir los ojos para no perecer bajo la tormenta.

    Bien abiertos, para ver todo…la Capilla Sixtina pero también la corrupción y el degeneramiento que carcome los cimientos de la Iglesia. Los setenta millones de turistas que visitan España cada año, pero también una población que envejece y empobrece, con millones de parados que, de un trabajo digno, están cada día más lejos. Pueblos cada día más explotados, con una brecha entre ricos y pobres que no para de crecer. Una humanidad en declive, junto a las maravillas que la generosa Madre Tierra nos sigue regalando.


    Si no es con ojos bien abiertos, cómo ver y sentir un atardecer en el Gran Canal de Venecia, un paseo por las calles de Florencia, cruzar el Pórtico de la Gloria en Compostela después de hacer el Camino de Santiago, darse un baño en la ría de Vig. Disfrutar la incomparable sensación de una mañana de esquí en Bariloche, una tarde de pesca en el Nahuel Huapi, o un asado en la Carrilaufquen.

    Daltónicos afectivos andamos, si hasta la meteorología nos confunde, enviándonos nieve en primavera y veroños interminables.  Todo un abanico de posibilidades para ser feliz, desde la “fidelidad monogámica” que heredamos y hasta el “poliamor” que se ha puesto de moda. Cada cual es dueño de elegir su carril, pero si avanzamos con pies en tierra, ojos y corazón abiertos, las dudas se disipan como niebla al mediodía. 

    De no abrirlos, corremos el riesgo de perdernos los misterios que el Universo nos tiene reservado, una sonrisa de Martín, la vitalidad de nuestros padres en la Tercera Edad Dorada, las visitas de los amigos, sus “megusta” y “mencanta”.

    En la batalla de vivir, no podemos permitir que el miedo salga victorioso, y nos arrebate lo más sagrado y hermoso … la ilusión de un mañana mejor.

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